Alejandra Malpica señala que "un regalo maravilloso que nos da la vida es el tomar de otros la fuerza para conocer y comprender el mundo, para andar por él y recorrerlo, para emocionarnos ante su grandeza y asentir ante le movimiento mayor que lo impulsa". Sin duda nuestra familia es parte de nuestro impulso y nosotros que empezamos el cole por primera vez la necesitamos a nuestro lado.
Una de las necesidades básicas de cualquier persona es el amor, recibirlo y darlo, si tu me das yo te doy un poquito más. Partiremos de esta premisa cuando lleguemos al cole, y por qué no, hacerla nuestra y trasladarla allí dónde vayamos.
A nuestras familias pingüineras les hemos pedido una pequeña colaboración, poner una foto junto a la de su pequeñ@. Y así hemos elaborado unas tarjetas que nos han acompañado estos primeros días de adaptación, que en algunos momentos se nos ha hecho un poquito difíciles.
Al cole venimos con nuestras familias, por eso, pertenecemos todos. Entre todos hemos buscado su lugar dentro de clase. A lo largo de estos días han ido expresando diferentes emociones como la tristeza de no estar a su lado, la alegría de darles un beso a través de la tarjeta, el interés por conocer las familias de nuestros compis... les ha dado mucha seguridad y poco a poco vamos tejiendo la unión tan importante entre familia y escuela.
Además han elaborado una rima con el nombre de sus peques, resaltando alguna característica física, emocional... que le defina, también han decorado la hoja y en clase las he plastificado en una cartulina y por detrás he pegado la foto de cada uno.
Ni que decir tiene que han realizado unas creaciones preciosas y únicas, que ellos tratan con mucho cuidado, amor, respeto... porque lo han hecho sus papas con todo el cariño del mundo.
Nosotros en la clase, un primer reconocimiento de ver sus rimas, de escuchar a Gema leer la de cada uno, de enseñársela a nuestros amigos, de quitar y poner fotos. Luego hemos pasado a adivinar entre las demás la nuestra, a pegar las fotos de nuestros compañeros, diciendo sus nombres... vamos que nos hemos conocido mucho jugando.
Siento que se está creando un campo abierto, generoso, perfecto así como está. Los pingüinos y sus familias pueden tomar lo que quieran y como quieran del campo. La escuela está al servicio de las familias.
Ya veis que estos peques tienen el ARTE DE APRENDER JUGANDO.